Cárcel y Cultura
5 de mayo de 2017

El experimento: la simulación de la cárcel y sus nocivos efectos en las personas

En 1971 en la Universidad de Stanford se desarrolló un experimento que simuló las condiciones que se viven en la cárcel, sus hallazgos aún estremecen los cimientos que justifican la existencia de dicha institución.

 

Philip Zimbardo es un psicólogo estadounidense y fue presidente de la Asociación Norteamericana de Psicología en 2002. El experimento que realizó en la Universidad de Standford en 1971 es su más célebre trabajo[1]. Consistió en la simulación de una cárcel en las instalaciones de la universidad replicando características como la comida, ropa, horarios, posición de poder de los guardias, entre otros. Asignó a un grupo de estudiantes el papel de guardias y a otros el de reclusos. Entre otras cosas, el experimento pretendía analizar la influencia del entorno en el comportamiento de los sujetos[2].

El experimento se salió de las manos y no duró más de una semana. Además de los dilemas éticos alrededor de su realización, parece relevante resaltar el espacio elegido para realizarlo. El experimento permitió evidenciar la trasformación de los sujetos cuando tienen en sus manos el poder, la degradación del que no lo tiene, su sometimiento y las dificultades para mantener la identidad en ese encierro. Mostró precisamente que puede ser el espacio, el ambiente y la institución que lo controla, la que se encargue de moldear el comportamiento de los sujetos.

Pero esta, es tan solo una arista de los múltiples problemas al interior de la prisión. Pues entre otras cosas, el experimento realizado por Zimbardo no replicó la masiva vulneración de derechos humanos básicos que caracteriza a las prisiones reales.[3]

A propósito de la crisis humanitaria que aqueja a las cárceles, vale la pena preguntarse por los efectos de dichas condiciones que, en el caso de Colombia, constituyen una violación sistemática y generalizada de los derechos humanos de la población reclusa. ¿Cuáles serán las consecuencias de permanecer en estos espacios hasta por 60 años -pena máxima en Colombia-? ¿Podemos prever que las consecuencias descubiertas por Zimbardo se presentan en las cárceles del país o que son inmensamente mayores, en relación con la identidad, las libertades individuales, y en últimas, la dignidad?

Esta es una invitación a los interesados en los temas de política criminal y en el sistema penitenciario a revisar el experimento de Zimbardo, su documentación o su representación a partir de las películas producidas a la fecha, a saber, su versión alemana de 2001 “Das experiment”, la versión estadounidense de 2010 “The experiment” protagonizada por Adrien Brod y otra de 2015 “The Stanford prison experiment”, dirigida por Kyle Patrick Álvarez.[4]  Que el cine sea una excusa para cuestionarnos sobre los fines pregonados respecto a la pena de prisión en el marco de los Estados Democráticos, específicamente el colombiano.

 

[1] https://zimbardo.socialpsychology.org/
[2] Ph. Zimbardo entrevistado por E. Punset. Experimento de la prisión de Stanford: https://www.youtube.com/watch?v=UwmuvCytcd4
[3] http://www.colombiancaravana.org.uk/wp-content/uploads/2013/07/Situaci%C3%B3n-Carcelaria-CSPP.pdf; http://www.hchr.org.co/documentoseinformes/informes/tematicos/informe%20carceles.pdf; http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2013/t-388-13.htm.
[4] http://www.prisonexp.org/movie/

 

 

* Estudiante de cuarto año de Derecho de la Universidad Externado de Colombia, Monitora del Centro de Investigación en Política Criminal de la Universidad Externado de Colombia.