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2 de diciembre de 2016

Estas son las tres peores cárceles de América

Tres monumentos a la tortura que no hablan mal de quienes las habitan sino de la sociedad que las tolera.

A menudo se dice que en las cárceles suceden cosas que nadie se imagina, pero de hecho sucede exactamente lo contrario. Ante la mirada cómplice de la sociedad se erigen muros tras los cuales se permiten abusos y violaciones sistemáticas a los derechos humanos que por fuera de la prisión son reprochables. Negaciones de todo tipo, sufrimiento estéril de hombres y mujeres confinados al aislamiento social es permitido bajo el halo ideológico del punitivismo enraizado en la conciencia social.

A continuación presentamos una lista de algunas de las tres peores cárceles de América, verdaderos monumentos a la tortura cuya existencia no habla mal de quienes las habitan sino de los gobiernos que las promueven y la sociedad que las tolera.

 

Penal de Ciudad Barrios, El Salvador.

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Con capacidad para 800 internos, la cárcel de Ciudad Barrios alberga a más de 2500 hombres y es uno de los centros de operación de la Mara Salvatrucha-13 en El Salvador. El documental español, “Encarcelados”, producido por La Sexta, retrata las condiciones en las que sobreviven los internos, entre ellas, la proliferación de enfermedades debido al hacinamiento y los alimentos, entregados por un operador privado, que, según denuncia el documental, es propiedad de la primera dama del país centroamericano, quien recibe al año cerca de 20 millones de dólares.

 

 

ADX Florence, Estados Unidos.

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Si en las cárceles de América Latina la principal amenaza para la protección de la dignidad humana proviene del hacinamiento, en las de Estados Unidos la violación a los derechos humanos proviene del completo aislamiento al que se encuentran sometidos los internos. En la cárcel de Máxima Seguridad de Florence, Colorado, los internos están confinados en encierro 23 horas al día y solo gozan de una hora de espacio abierto, en el que pueden observar el cielo, solo eso, pues la arquitectura de la cárcel impide ver el horizonte exterior. Amnistía internacional ha denunciado como torturas y práctica cruel, degradante e inhumana el aislamiento extremo al que son sometidos algunos internos, por ejemplo, Thomas Silverstein fue confinado 30 años en aislamiento, nueve de ellos en ADX.

 

 

Guantánamo, Cuba.

La base militar de Guantánamo se encuentra bajo jurisdicción del Gobierno de los Estados Unidos en territorio cubano. Desde 2001, tras la invasión norteamericana en Afganistán, se acondicionó la prisión con el propósito de internar allí prisioneros provenientes de oriente medio. El Gobierno norteamericano afirma que los detenidos en esta prisión están acusados de terrorismo, de manera que no los considera prisioneros de guerra, por tanto no está obligado a repatriarlos ni a aplicarles el Derecho Internacional Humanitario enmarcado en la Convención de Ginebra. La doctrina aplicada sobre los internos ha sido confinarlos indefinidamente sin derecho a juicio, sometiéndolos a torturas aceptadas por altos mandos de las fuerzas armadas de los Estados Unidos.

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