Cárcel y Cultura
14 de junio de 2019
Bailarina en la oscuridad: Una película para reflexionar sobre la pena de muerte
La trama de la película se desarrolla alrededor de la vida de Selma Ježková, una inmigrante checa que vive en los Estados Unidos con su hijo Gene. La protagonista trabaja arduamente en una fábrica, donde comienza a tener problemas por su cada vez más precaria visión. La decadencia de la vista es un problema hereditario en su familia, y se trata de una afección que desarrollará su hijo cuando sea mayor. Ella quiere evitar a toda costa que esto suceda, pues ha vivido de primera mano las complicaciones que puede acarrear la pérdida de este sentido. El desarrollo de este procedimiento quirúrgico en América del Norte es la razón por la que tomó la determinación de migrar.
El deseo de ayudar a su hijo hace que ahorre para poder pagar la operación contra la ceguera cuando él cumpla 13 años. Es así como ha podido guardar la mayor cantidad de dinero posible en una lata de galletas que esconde celosamente. Con el fin de resguardarlo, nadie más sabe de este ahorro, excepto su amigo Bill. Al resto de las personas les cuenta una historia según la cual envía todo el dinero a su padre, en la República Checa. Todos sus planes parecen echarse a perder cuando, al llegar a su hogar, se percata de que el dinero no está. Inmediatamente, le pregunta a Bill, la única persona que conocía sus intenciones. Bill era su arrendador, vecino y amigo.
Bill atravesaba necesidades económicas e incluso había tratado de suicidarse, y en un intento por salir de los problemas, había hurtado el dinero trabajado por Selma. Sin embargo, al momento de constreñirlo a devolverlo, lo niega todo, amenaza a Selma de muerte con un arma de fuego y alega que es ella quien intenta robar el dinero. En el entretanto, la esposa de Bill, Linda, acude a la policía, ignorando la verdadera procedencia del dinero. Selma, atónita y desesperada, con lágrimas en los ojos, forcejea con Bill para recuperar el dinero que con tanto esfuerzo había conseguido. El arma se dispara por accidente hiriendo al hombre en la pierna. En su desesperación y sin ver otra salida de aquella situación, Bill pone una condición para que Selma se pueda ir con el dinero: Selma tendrá que matarlo. Entre las ordenes de Bill, sus súplicas, el profundo dolor que le causa toda la escena, el apremio, el amor por su hijo, la necesidad de la cirugía y los años de trabajo, Selma está entre la espada y la pared. Desconsolada y con lágrimas en los ojos, termina por matarlo.
Posteriormente, aunque no sin antes haber arreglado todos los detalles de la cirugía de Gene, la mujer es capturada. Durante el juicio, todos los elementos hacen pensar que se trató de un asesinato cruel y premeditado, motivado por la carencia de recursos que impulsaron a Selma a robar a Bill. Por otra parte, el fiscal aduce elementos atinentes a la calidad de la procesada, como su condición de inmigrante o su discapacidad visual, así como la mentira sobre su padre. Partiendo de esta base, el acusador procede a interpretar los datos de forma tergiversada para obtener un veredicto aparentemente favorable para el bien público, es decir, declarar culpable a la presunta asesina, librando a la sociedad del “inminente peligro” que representa. De esta forma y sin más reparos, la mujer checa es condenada a la horca.
Las escenas que percibimos a continuación son de venganza deshumanizante, una venganza que convierte la sofocación en un procedimiento más. Una bolsa de tela, una tabla y una cuerda son los únicos objetos que quedan y todo en lo que se va resumir la vida de Selma Ježková.
Su pasión por los musicales, presente en todo el curso del filme, la llevaría a asimilar su trágico final con “La penúltima canción” de los mismos, momento en el que siempre dejaba de ver las películas, para que la obra nunca llegara a su final. Realmente estamos en presencia de una película muy recomendable, llena de elementos cinematográficos y que evoca todo tipo de sentimientos en el espectador. Un filme que nos hace reflexionar sobre la justicia, los detalles imperceptibles en un proceso, y sobre la verdad aparente que llega al juicio y que puede acabar con vidas.
Por otra parte, la película nos hace reflexionar sobre la suerte de Gene, una vez que su madre es ejecutada y sobre el hecho de que no podrá contar con ella nunca más. La reflexión va encaminada a la ausencia de la figura materna, y el impacto que tendrá esta en Gene. No podemos desconocer que esta situación se sigue presentando actualmente en algunos estados de Estados Unidos, y que a pesar de que suele ser fuertemente ignorada, hay un gran precio que la sociedad está pagando por la ira y el dolor infringido en estos menores. Tanto es así, que los doctrinantes han calificado este sometimiento como “abuso de menores institucionalizado”.
Concluyo esta reseña de la película, que es absolutamente compleja e interesante, con la pregunta de un niño de diez años al enterarse de la ejecución de su padre en los EE. UU:
“Van a matarlo porque mató a alguien, así que cuando lo maten a él, ¿a quién nos toca matar a nosotros?”
BIBLIOGRAFÍA
Amnistia internacional. (12 de Abril de 2018). La pena de muerte en 2017: Datos y cifras.
Kearney, H. F. (Febrero de 2012). Quaker United Nations Office.
Roger Shaw, Children of Imprisoned Fathers, (Londres: Hodder and Stoughton), 1987.