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19 de octubre de 2016

Estudio de la Universidad de los Andes y Harvard University concluyen que “las cárceles en Colombia son fábricas de enfermos”

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Un estudio de las dos universidades reveló que la incidencia de depresión en los internos de la cárcel La Modelo en Bogotá, con un 24 %, es alta si se compara con la Encuesta Nacional de Salud Mental, que señala que el 3,2 % de colombianos tiene ese trastorno.

 

La investigación sobre la prevalencia de enfermedades mentales fue realizada en conjunto entre la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes y la Escuela de Salud Pública de Harvard y buscaba identificar el estado mental de las personas privadas de la libertad en Colombia.

 

Según Luis Jorge Hernández, doctor en Salud Pública e investigador principal del estudio de los Andes, la depresión, aunque sea un trastorno poco diagnosticado, es el principal problema de salud en el país ya que se diagnostica poco pero se oculta mucho, y esta es una de las “principales causas de consulta y de problemas laborales, como abandono e incapacidades”. De hecho, es uno de los factores más relacionados con la conducta suicida. Según la Organización Mundial de la Salud “la tasa de intentos de quitarse la vida de los condenados es seis veces más alta que la de las personas en libertad. Y esa proporción se eleva a 7,5 cuando se trata de personas en espera de juicio”.

 

El estudio realizado en 2104 tuvo una muestra representativa de 150 reclusos. El estudio halló que 30 de los 150 piensan que “sería mejor estar muertos”. Durante los tres primeros meses del 2013, el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) reportó que 60 internos de sus cárceles refirieron pensamientos suicidas o intentaron suicidarse. Cinco de ellos lograron consumarlo.

De acuerdo con el estudio “Características del comportamiento suicida en cárceles de Colombia”, realizado por investigadores de la Universidad Pontificia Bolivariana y miembros del Inpec y publicado en la revista Criminalidad, de todos esos casos, el 55 % ocurrió entre el primero y el quinto mes de estadía, el lapso de mayor riesgo de intento suicida, dados los desajustes emocionales que conlleva el cambio de vida de la libertad al encierro.

 

Esta realidad es más evidente si se tiene en cuenta que hay un hacinamiento de más del 50%, es casi imposible establecer relaciones personales duraderas y las condiciones de salubridad son alarmantes.

 

Más información: http://www.elespectador.com/noticias/salud/carceles-colombia-son-fabricas-de-enfermos-u-de-los-and-articulo-631433